“Quisiera volver a ser niño para disfrutar la vida y no preocuparme de
nada”
¿Lo has escuchado o dicho alguna
vez?
Para muchos y muchas es la mejor
época, pero obviamente como hemos olvidado lo que vivimos en la niñez la
idealizamos recordando solo nuestros mejores momentos.
Todo en la vida de los niños y
niñas es un proceso de cambios: su etapa de bebés; su etapa escolar donde deja de ser párvulo e
ingresa al sistema educacional, un mundo nuevo y diferente al anterior al cual
debe adaptarse; la preadolescencia inicio de sus cambios físicos y emocionales;
la pubertad; la adolescencia 12 a 18 años, con sus cambios físicos y de
personalidad, búsqueda de su grupo social, etc.
En este proceso de crecimiento y
de continuos cambios con experiencias nuevas, nuevos ambientes, contextos y
personas, nuestros niños, hijos, alumnos también pueden llegar a sufrir el
agobio y estrés.
La niñez tiene un sin número de
cambios en cortos períodos de tiempo y que son asimilados por las niñas y niños
con su habitual predisposición al asombro, el aprendizaje y el cambio, en forma
absolutamente natural pero a medida que van creciendo van perdiendo esa
naturalidad llegando a ser adultos que han olvidado la forma cómo hacerlo pues se
han alejado de lo natural.
Los niños nacen con todas las
instrucciones para desarrollarse y asimilar sus cambios en forma natural. Como
seres humanos todos nacen con sus instrucciones de desarrollo, una especie de “Sistema
operativo” de origen que le sirve para toda su vida pero a medida que crecen, influenciados
por la Cultura que les rodea y la adquisición de sus costumbres, los niños son
llevados a olvidar lo natural, incitados a que vayan poco a poco alejándose de
su naturaleza y a aceptar que la adquisición de la nueva cultura que lo rodea
modifique su “O.S.” (Operating system)
original, dando comienzo a situaciones y procesos que, pudiendo ser naturales,
le resultan estresantes transformándolos en los adultos que hoy conocemos.
En este proceso de crecimiento y
de continuos cambios nuestros niños, hijos, alumnos también pueden llegar a
sufrir el agobio y estrés. Y así los adultos vamos olvidando lo estresante que
pueden ser estas etapas de cambios para nuestros hijos e hijas cuando además
tienen que enfrentarlas sin las herramientas que da la experiencia del adulto.
Para que a tu hijo/hija no les
suceda lo que a ti te sucedió es necesario mantenerlo conectado(a) a su naturaleza.
El Yoga puede ayudar a disminuir
el agobio y estrés que enfrentan nuestros niños y niñas (hijos o alumnos) en
sus procesos de cambios, en todas sus actividades diarias, en su desarrollo y a
lo largo de toda su vida. Mientras antes comiencen a practicarlo mejor y más
preparados estarán para sobrellevar esos cambios y sus procesos.
Recordemos
que a diferencia de los deportes, algunos de los cuales también son necesarios
para la salud de las personas, no solo actúa en el desarrollo físico sino
también trabaja en conjunto el desarrollo mental y emocional de la
persona. Puede mantenerlos más cerca de su naturaleza aun conviviendo en su respectiva
cultura.
Con este artículo insto a que
sigas conociendo el yoga, en especial si eres padre o madre y tienes niños
pequeños, en edad escolar, preadolescentes y adolescentes o si trabajas con ellos;
Profesor(a), Psicopedagogo(a), Educadora o Técnica en Educ. de Párvulos,
Educadora o Técnica en Educ. Diferencial, Educación especial, o Profesional que
se desempeñan en el área de la Educación. Una tecnología adecuada para nuestro
actual siglo, una herramienta que puede significar la diferencia para los niños,
que ellos crezcan plenamente, sanos (física y mentalmente), seguros (de sí
mismos y sus capacidades) y felices.
A continuación encontrarás un
link con un poco más de información. Que sea el comienzo de la felicidad de tu grupo
familiar.
Sat Nam,
Randeep Singh
Links:
Yoga para niños ¿Por qué es
importante su práctica?.
Fuente:
Crecimiento y el Desarrollo.
Edades y Etapas.
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